Digital Rock and Roll

CRÓNICA Y OPINIÓN

La era digital esta matando el rock and roll. Si asistes a un recital de un grupo X lo primero que ocurre apenas salen los músicos al escenario es esa estupida manía de sacar automáticamente el celular o cámara digital para comenzar a grabar la performance en curso.
rock.digital
Qué fue de aquella época
en que ibas a ver tu grupo favorito sin más utensilio que las ganas de vivir una experiencia musical casi sagrada en donde podías cerrar los ojos y sentir las vibraciones atmosféricas de la música saliendo de los parlantes, alzar los brazos y mover tu cuerpo al son del ritmo tribal.

Hoy ha cambiado la cosa, casi todos llevan sus aparatos para tener registro del hecho, aunque eso signifique que estés filmando al guardia enfrente tuyo con cara de amargado durante dos horas. Cientos de brazos se alzan con las piezas electrónicas en donde más que disfrutar del concierto los asistentes están pensando en subir a sus páginas web las fotos mas cool para así contarles a sus amigos algo de la experiencia, que vivan a través de ellos la excitación del momento, el sacramento sonoro, aunque sea a través de un obturador típico-básico. Lo vuelvo a repetir, este actuar enturbia la ceremonia, hace que el recital pierda su sentido inicial, o disfrutas de la música, o estas con tu brazo en alto aguantando que te apriete la gente para captar tomas lejanas de un escenario que se pierde en el horizonte. La modernidad esta matando el rock and roll, lo chicos ultra interneteados actualizados están matando el rock and roll.

La música es un acto de rebeldía, de conexión entre el espíritu y la sonoridad creada por el autor que desenfunda su instrumento, una comunión artista-auditor que no puede ni debe ser transformada en un acto de farándula musical, cosa que ocurre en prácticamente todos los recitales actuales. No es mejor pienso yo, quedarse con las postales grabadas en el fondo de la memoria, recopilar recuerdos íntimos del momento cúlmine, acordarse de lo bueno que estuvo el recital, comentarlo con amigos sin tener que hacer pornografía digital con el tema, ya que, esto hace que el momento pierda su gracia, que la obra pierda lo sagrado, que el recital se transforme en un acto de consumo mas, tal como ir a comprar al diler o ir una tarde al mall.

Volvamos al origen, agitemos nuestras poleras, baile del pogo, slam, movamos las extremidades al ritmo de los tambores libres de todo artilugio digital, comencemos la conexión en libertad total.

Por Felipe Ugalde

Deje un comentario

Debes estar conectado para enviar un comentario.