Terremoto social
EN TERRENO
Departamentos de la población Santa Teresa de Rodelillo empiezan a hacer agua y eso que aún no llega el invierno.
“Menos mal que el terremoto fue en el verano” decía uno de los eufemismos criollos más escuchados en el inmediato momento post-cataclismo. Se refería a que similar catástrofe habría sido mucho peor en invierno, a causa de lluvias, temporales y bajas temperaturas. Lamentablemente, la frase cobró vida y miles de familias damnificadas reciben las primeras lluvias sin solución habitacional.
En Valparaíso, la población Santa Teresa de Rodelillo es un ejemplo de lo mal que están funcionando las cosas en ese sentido. En el sector, en un primer momento, cerca de 200 familias fueron afectadas gravemente en sus departamentos, pero pasados 2 meses del terremoto, ahora es la población completa la que presenta hundimientos de terrenos, agrietamiento de paredes, fisuras y rotura de techos, entre otros problemas estructurales.
Conversamos al respecto con Marta Azúa, presidenta de la Junta de Vecinos 198 de Santa Teresa de Rodelillo, una de las más organizadas de la comuna y que representa a 3 mil personas, en un territorio calificado socialmente como “vulnerable”. Para la dirigenta, la situación de la población tras el terremoto y sus innumerables réplicas, se resume en una palabra: “Grave”.
“Nuestro conjunto habitacional presenta problemas estructurales, hundimiento de suelo y desplazamiento de los terrenos. Los que están para el lado de la quebrada son los que están presentando los mayores problemas, pero el asunto es que el conjunto en sí, es decir los 868 departamentos, están mal construidos”, sentencia Marta Azúa.
La presidenta de la Junta de Vecinos explica que “nos hemos encontrado con que las dimensiones de los fierros no son las que corresponden a los planos. Tienen malla Acma. Lo otro que dice la mecánica de suelo es que tienen vigas y pilares, y no es así. Nos hemos encontrado con tantas cosas que da pena, porque hay gente que le faltan como 10 años más para pagar su dividendo y se encuentra con esto, con que su departamento es desechable. Son tan flexibles, que con cualquier movimiento se van a caer”.
La antigüedad de la Santa Teresa de Rodelillo no es tanta. La población se levantó en 1996. Incluso los 9 primeros blocks, de color azul, son una construcción piloto de una modalidad desechada en su momento (básico-privado de libre elección), y quedaron para siempre en esa condición. “No resultó porque eran muy livianitos, baratos, por eso los sacaron”, cuenta Marta Azúa.
¿Qué pasa con la ayuda prometida por el gobierno?
“La autoridad la única solución que nos da es entrar a una serie de postulaciones. Pero estamos mal igual, porque a pesar de que el gobierno dio la orden de que a nosotros nos correspondían 55 UF por ser afectados del terremoto, el daño de construcción y reparación en los departamentos es mucho más elevado que eso. En esa disyuntiva están todos los afectados. Van a necesitar mucha más plata para poder arreglar”.
¿Es cierto que un ingeniero les dijo que lo mejor era echar todo abajo y volver a construir?
“Yo te digo honestamente, los pocos ingenieros con los que hemos hablado se contradicen en sus versiones, pero igual algunos nos dan informaciones: que hay que derrumbar y construir de nuevo, que hay que revisar la mecánica de suelo tanto adentro como afuera. Ahora todos los departamentos están presentando problemas de fisura y grieta, es decir, la cosa está más grave de lo que estaba antes, por los temblores que han ido pasando. Está muy complicada la cosa”.
¿Y respecto al daño en techumbres? Ya están cayendo las primeras lluvias…
“Hablamos el tema de las lluvias y lamentablemente no hay solución, nuestras casas se van a llover y ahí recién las autoridades dijeron que van a solucionar el problema, antes nada”.
¿Así tal cual?
“Tanto los que estamos habitando como los que están desocupados, nos vamos a anegar, eso ya lo asumimos, pues no hubo solución al respecto”.
¿Usted cree que esto se soluciona antes del invierno más crudo?
“No creo. Esto no se soluciona antes de lo más crudo. Hablamos que hay que hacer un arreglo de reparación estructural de mecánica de suelo, y considerando que hay que poner fierro, porque ninguno de los departamentos tiene fierro simplemente, yo creo que da para largo. La gente va a pasar el invierno así, puede que estén trabajando en los bloques pero yo lo veo muy complejo porque la reparación de los 4 pisos requiere obras distintas en cada bloque… no la tienen fácil. Yo pienso que, independiente que las autoridades digan que a mitad de junio van a tener los proyectos listos, ejecutándose, muchos vecinos no les creen”.
Por Equipo Cavila
