Quintay y las ballenas

OJO NATURAL

A lo largo de la apacible, sónica y zigzagueante ruta de la costa central, se puede llegar a un antiguo poblado inserto entre peñascos de acantilados, formaciones rocosas nocturnas y pájaros marejados llamado Quintay.

Según me cuentan mis informantes noctámbulos, el perímetro costero de aquella caleta ha sido desde siempre una especie de escuela de nado para la gran familia de la ballena chilena. Caleta apacible y mitológica, encierra un misterioso imán oceánico que atrae a estos cetáceos desde distintas latitudes del pacifico sur.

Pero no siempre el tema fue miel sobre hojuelas en aquel lugar, ya que entre 1943 y 1967 a sabiendas que era un sitio en donde pernoctaban las ballenas por temporadas enteras, los inescrupulosos de siempre idearon un campo de concentración llamado: la ballenera, lugar en el cual se asesinó y procesó a estas apacibles criaturas.

Lugar siniestro, sirvió de sacrificio por largos años, prolongando la matanza de estas celestiales criaturas alejándolas de nuestra costa central. Las ballenas al igual que los elefantes poseen una memoria profunda respecto de lugares y vivencias, y por ende se fueron  transmitiendo mensajes de generación en generación en donde relataban las escalofriantes escenas que producía este fatídico lugar, proceso que genero décadas de alejamiento de estas criaturas de las costas de Quintay.

De este episodio han transcurrido más de cuarenta años, y desde que fue clausurado aquel macabro lugar en el año 1967, al parecer mensajes a través del viento han ido informado a las ballenas que caleta Quintay dejó de ser hace mucho tiempo un lugar peligroso para ellas, menciono esto, ya que desde hace bastante tiempo se han estado produciendo avistamientos de ballenas junto a sus crías en aquella zona, es más, se ven de veinte, treinta mamíferos transitando a lo largo de la costa.

Al parecer las buenas noticias llegaron a sus oídos y han vuelto ha retomar la confianza para navegar por la costa de Quintay junto a sus crías, lugar mágico que posee características oceánicas especiales que lo hacen un lugar apto para el aprendizaje de nado de ballena, caleta hermana de este mamífero, zona que posee una historia ancestral arraigada en el inconsciente de los cetáceos, al igual que sus habitantes, quienes desde pequeños cultivan un profundo amor y respeto por estas criaturas.

Por Felipe Ugalde

Publicado el Viernes 7 Mayo 2010 a las 9:41 pm en la categoría Crónicas, Naturaleza, Portada.