Quizás el Amor

CRÓNICA Y SENTIMIENTO

Dicen que el amor ha fecundado guerras, como también les ha puesto fin.

Dicen que el amor es el sentimiento más puro como el agua que cae de los montes que acarician el cielo; como también el más salvaje y pasional.

Se dicen muchas cosas sobre el amor, pero ¿qué lo separa de una simple calentura?

De ese proceso pasional proveniente del Ello más natural. Quizá es que el Amor es una calentura sostenida en el tiempo o bien un lente con aumento inverso que no permite ver sino sentir solamente. Es que la atracción sexual integrada a la atracción emocional e interior hace que el amor sea un sentimiento tan fuerte.

Muchos se unen en nombre de y prometiendo amor para siempre, deseosos el uno del otro, hasta que en alguno comienza a ejercer, cual otoño corporal, descabellando su ex coqueta melena, o a dejar en libertad las carnes que por años jugaron a las escondidas. En ese momento el amor se hace desechable, ¿o es que simplemente nunca fue amor? Hay aquellos amores que perduran en el tiempo como árboles de flor perenne y a pesar de los otoños se mantienen bien firmes, en el amor, enamorados.

Pero el amor no es sólo eso, el amor es amplio. El amor no tiene límites ni tiene dueño; la vida, el espíritu, los sueños están en nombre del amor, inscritos por un notario anónimo que pareciera tener un embajador en cada persona, y que se pelea, cual debate presidencial, el poder de decisión de los seres humanos contra la razón.

El amor, dueño de vidas e implicante de muchas.

El amor, camino y destino ideal de románticos y soñadores.

El amor, dictador preferido y demócrata optimista.

El amor, concepto profanado, prostituido y estafado pero aún sin sinónimo más profundo y puro.

1.735.670.003 veces al día se dice te amo, je t’aime, i love you, o ich liebe dich alrededor de todo el mundo y en más de 6.500 lenguas. 135 veces son de verdad; 738.073.004, diciéndolo de vuelta; y el resto, sólo por conveniencia.

Los que aman seguido dicen que el amor se siente en el estómago, otros que se siente en el corazón. Los que no conocen el amor se lo imaginan como una donación de órgano a préstamo o como una invasión primaveral de mariposas y flores de la temporada.

Boris Vian, en el cuento El amor es ciego, dejó caer niebla sobre un pueblo para experimentar la reacción de su gente. El resultado fue una orgía monumental donde el amor era sinónimo de calentura. En el lado oscuro del corazón, la película de Eliseo Subiela, en cambio, se diferencian las aventuras de clima elevado con el amor que es representado por el alma gemela, aquella que empieza con tu frase, su presentación, y completa tus oraciones usando el mismo pincel y la misma hoja.

Es difícil decir qué es el amor.

Quizás cada uno lo siente de manera distinta, en partes distintas. Para algunos tiene fecha de vencimiento, para otros el real viene etiquetado como no perecible.

Quizás cuando se siente que el resto desaparece, cuando los cuerpos se unen formando una misma esencia, cuando el abrazo puede durar para siempre, cuando sólo importa el estar cerca del otro, se le llama amor. Es verdad, el amor es cursi.

Quizás el amor es puro porque es inseguro, la gente ama sin saber la respuesta del otro.

Quizás, quizás, quizás. El amor es un quizás y de esto estoy seguro. Porque todos quizás amemos y todos quizás descubramos qué es el amor, pero por ahora sólo quizás.

Calentura sostenida o lente de aumento inverso, real o ficticio, temporal o perenne, sólo los amantes lo sabrán.

Eso sí la decisión, la última palabra, es del amor.

Por Gonzalo Ugarte

Publicado el Miércoles 6 Octubre 2010 a las 9:42 pm en la categoría Colaboradores, Crónicas, Portada.