Objetos encontrados
DIARIO DE MI VIDA
Temo reconocer mi condición de cómplice en un delito quizás inexistente. Es que en mis largas caminatas, sea acompañado o a solas, por la ciudad de Valparaíso, siempre encuentro objetos en apariencia inservibles y que, por lo tanto, son muchas veces sugerentes a más no poder. Son cosas sin ningún valor, salvo el que les proporciono al llevármelos a casa. Que no se piense que tengo el mal de Diógenes, es sencillamente una afición algo infantil. No ando cargando, a la rastra, los parabrisas rotos que se pueden encontrar en Independencia ni los sillones que se encuentran por montones en Santos Ossa. No, sólo voy cogiendo detritos de antiguas camaraderías, de impacientes reuniones conminadas a extinguirse.
Justamente fue por Santos Ossa que hace unas semanas encontré un retrato de un motociclista. El retrato es más bien amarillento. Debe, en su momento, haber sido en blanco y negro y está pegado a un bastidor mohoso y carcomido. Yo lo recogí por el bastidor. La imagen del motociclista se me reveló unos segundos más tarde. No pensé mucho en el asunto hasta llegar a mi casa. La fotografía, como primera cosa, está rasguñada y humedecida en la parte inferior. El retrato mide 45cm de alto x 28cm de ancho, aproximadamente. El hombre que aparece es relativamente joven, lleva unos pantalones de mezclilla muy ceñidos y usa guantes de cuero negro. Su chaqueta es negra y sus botas también. Lleva un bigote que cubre su labio superior y su actitud es algo displicente. Su motocicleta es Suzuki. Es un tipo moreno con el cabello mal recortado y de cejas abundantes. No sonríe, pero posa acariciando el lomo de su vehículo como si se tratase de su novia. Quien le está fotografiando ha obviado composición y enfoque. Ha cruzado un pequeño tramo para fotografiar al motociclista. Se puede apreciar el pavimento de una carretera rural, un charco en que se ve uno de los guantes reflejado, piedras pequeñas como huevillos y una extensión de tierra que a uno le hace pensar que esa fotografía fue tomada en un pueblo perdido del sur de Chile. A lo lejos se ve una casita muy modesta y unos árboles que, muy probablemente, no son frutales. Se ve mucha maleza humedecida y los cromados de la motocicleta brillan al igual que el panel de luces delanteras. ¿La fotografía la tomó una mujer? ¿Su acompañante? ¿Una amante ocasional? ¿Y por qué yo creo que es una mujer? ¿No podría ser su hermano? ¿Un ex compañero del liceo? Esas son las dudas que plantea, necesariamente, una fotografía encontrada en una escalera. Ahora, y para no extenderme en el asunto del motociclista, voy a relatar algo que me parece aún más extraño. Por la misma subida Santos Ossa, no hace mucho, junto a mi mujer, encontramos un teléfono celular. Estaba lleno de barro, pero como tenía la batería y el chip nos lo llevamos. Al llegar a la casa lo probamos, pero no funcionaba. Como es igual al mío, le pusimos mi batería y prendió. Pudimos comprobar que la última llamada se había efectuado el 27 de agosto del 2009. El desconocido al que se le perdió el aparato se llama Andrés. Pudimos comprobarlo por una serie de mensajes sórdidos que encontramos en su teléfono. No me interesa la vida privada de nadie, pero este es un ejercicio de reconocimiento con aquello que me encuentro botado en la calle. Es como una revelación.
Por lo mismo voy a darme el lujo de transcribir dos joyitas de mensajes que le llegaron al desconocido del teléfono para finalizar esta crónica, para poder dormir tranquilo esta noche.
Mensaje recibido el 18 de agosto 2009, 01:11:08: “Te odio maldito siempre me as kagado mi vida es lo ke kerias komo no me puedes tener komo tu kieres me kagas mi vida y la de tu hijo igual piensalo aweonao el k mas va sufrir sera mi hijo porke yo lo kice tener o no te acuerdas! Marikon te voy hacer la vida impocible devuelbem a mi hijo”
Mensaje recibido el 18 de agosto 2009, 01:18:32: “Te vas a arrepentir de loke nos estas haciendo yo estoy segura de eso yo todo lo ke hecho a cido por el en kambio tu lo haces para ty por ke siempre has sido un weon egoísta tu no saves lo que es el amor solo tienes tu maldita opcecion marikon”
Mayo 4th, 2011 at 3:41 pm
Yo creo que Andrés botó el teléfono quebrada abajo en un acto por liberarse de toda la furia que este le traía… hasta que…