G.G. Allin, mi mentor

MÚSICA

G.G. Allin se ha convertido, por méritos propios, en uno de los personajes más bizarros de la historia del Rock. Durante casi dos décadas, el ciudadano Allin pasó de ser un punkrocker con ganas de huevear a transformarse en una suerte de ídolo destructivo y nihilista, con una filosofía propia y una actitud kamikaze que no aceptaba ninguna barrera.

Quienes hayan oído hablar de él ya saben de su afición al sexo extremo, a las drogas, a la violencia como forma de expresión, al alcohol, a los problemas con la policía y a los siempre inevitables banquetes fecales. Bien.

Las letras de GG no eran precisamente una glorificación de la paz y el amor. Caos, muerte, sexo extremo, odio, drogas, violencia, parricidio, racismo, zoofilia, coprofagía… y todo dentro de un discurso que no admitía segundas lecturas. Algunos títulos suculentos para escuchar en familia: Anal Cunt (sobre la violación de cadáveres), Cunt Sucking Cannibal (un bonito poema de amor), Kill Thy Father, Rape Thy Mother (el título lo dice todo), I Kill Everything I Fuck (su particular apología del SIDA), el himno de ONGs I Hate People, etc.

Nada que ver con los comics de Peter Bagge. GG era una auténtica máquina de odio, especialmente en su última época. Sus primeros años como punkrocker descerebrado dieron paso a un nuevo GG, mucho más frío y agresivo, que cargaba contra todo/s con un comportamiento sin límites ni barreras. La violencia, el caos, el asesinato… eran sus proclamas. Si quieren ejemplos del GG más inhumano, escuchen temas como Die When You Die, I Kill Everything I Fuck, Legalize Murder o, a menor escala sísmica, las “festivas” I Love To Be Hated o You Hate Me And I Hate You. Eso sí, que fuera una verdadera máquina de odio no le quitaba tener amiguitos como John Wayne Gacy, el clown favorito de los niños (un asesino en serie norteamericano).

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GG era un tipo muy listo, aunque pueda parecer todo lo contrario. Su condición de kamikaze enloquecido tan sólo era una forma extraña de difundir su “mensaje” a la sociedad. Tanto en los escenarios como, especialmente, en la multitud de juicios a los que fue llevado por escándalo público y demás historias, GG defendía su particular punto de vista con una elocuencia impropia de un pedazo de escoria. Es decir, sabía lo que decía y hacía. Podía ser un criminal en potencia, pero prefería volcar su odio en el escenario en vez de ir matando por ahí. Como bien dijo su colega, el psycho John Wayne Gacy, en la intro de Hated: “Detrás de lo que él hace hay un cerebro”.

Que fuera un tipo inteligente no le quitaba al bueno de GG estar bastante trillado, la verdad. Vamos, que un huevón no se pasa 15 años de su vida rompiéndose la crisma en el escenario, comiendo sus caquitas y agrediendo a sus propios fans sin que se llegue a cuestionar (ligeramente) su salud mental. Esa locura imprevisible e imparable era lo que le convirtió en toda una leyenda, especialmente en su etapa más brutal (finales de los 80s, principios de los 90s hasta su muerte). Como él decía, “there´s a war in my head”… no hace falta que lo jures, amigo.

El comportamiento de GG nunca fue bien visto por la decrépita sociedad americana, poco después (inicios como punkrocker) ya incitaba a todo tipo de aberraciones desde el escenario, y a finales de los 80s… la cárcel era su hogar. Desorden público y demás actos artísticos (defecaciones y auto mutilaciones en sus shows) eran el principal detonante para ir al infierno. Vamos, que era incómodo tener a un huevón como GG “sembrando el caos” por ahí, y menos disfrazándolo de manifestación “artística”. Más de 15 años de bestialidad en escena dan muy mala reputación… GG era peligroso, incitaba a los demás a serlo y, para colmo, todo lo que hacía era real.

Todo por el Rock & Roll

Es innegable que GG vivía por y para el R’n'R, al menos tal y como él lo entendía, como “el arma definitiva de venganza”. GG quería devolver el espíritu original de rebeldía y peligro al Rock y no dudaba en defender su postura con argumentos realmente interesantes. En su clásica intervención en el programa de Geraldo Rivera, GG soltó la siguiente frase: “Mi cuerpo es el templo del Rock’n'Roll. Mi sangre, mi carne y mis fluidos corporales son la comunión con mi público.” Un genio. Himnos del R’n'R made in GG: Bite It You Scum, Don’t Talk To Me, Gimmie Some Head, Outlaw Scumfuc…

Su misión y el manifiesto anárquico

En su faceta más “intelectual” (y durante su estada entre rejas a finales de los 80s), GG realizó un manifiesto que bautizó como “The GG Allin Mission”, y que recogía su idea del R’n'R como arma de venganza. En él, reflejaba su opinión sobre el actual estado del Rock. Sus ídolos (Iggy, Ramones, Sex Pistols) le habían decepcionado vendiéndose al mejor postor, por lo que él (en cuerpo y heces) iba a tomar el relevo y devolver al R’n'R la excitación que nunca tuvo que haber perdido. Y para ello, pedía un boicot a las grandes compañías de discos a la vez que anunciaba su suicidio como revulsivo absoluto ante tanta mediocridad, con todo lo que ello conllevaba (GG planeaba suicidarse en escena llevándose consigo a sus fans como acto supremo de rebeldía y mala leche). Si quieren leer este manifiesto, y de paso escuchar discursos de Allin en plan de sacerdote apocalíptico, consigan el destructivo Murder Junkies (1991) que grabó junto a AntiSeen. GG, leader of the real Rock’n'Roll underground!!

Violencia. O de violación

Al carácter mega agresivo de GG hay que unirle esos encuentros sexuales con groupies que nunca acababan de forma muy romántica. En especial, resalto su encuentro con la groupie Leslie Morgan, que le acusó de violación y agresión sexual (algo que no se acabó de probar del todo) y que le envió en septiembre de 1989 derechito a la cárcel para una larga temporada entre rejas, funando su plan de suicidio en el escenario en Halloween de ese mismo año. Si quieren algunas bonitas melodías sobre el suicidio o la violación, ahí tienen Commit Suicide, Abuse Myself, I Wanna Die o I’m Gonna Rape You.

Whiskey

Jim Beam era la bebida oficial del universo Allin, el licorcillo genuino de un tipo que cantaba “drinking is my sport” y que vivía al límite. Por petición expresa, GG fue enterrado con una botella de Jim Beam en una mano y un micrófono en la otra, mientras sonaba su épica When I Die en un radiocassette. La próxima vez que se tomen un pencazo de Jim, dedicánselo al bueno de GG. Seguro que él lo agradecerá desde el infierno.

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Caca

La mierda en su estado más salvaje y juguetón ha sido uno de los íconos clave en la carrera del kamikaze Allin. Desde sus comienzos, GG escandalizó a propios y extraños con su brutalidad escénica, pero fue con los numeritos escatológicos con los que levantó más polémica y, a su vez, forjó su leyenda punk. GG solía defecar en el escenario para, acto seguido, embetunarse con su mierda, comérsela o tirársela a sus espectadores. Él ya lo había dicho. Sus fluidos eran la comunión con su público. Su pasión escatológica se refleja en temas como I Wanna Piss On You o Eat My Diarrhea (más gráfico imposible) Otra bonita frase de GG: “Si quitas toda la mierda del R’n'R, lo que queda soy yo”. Genio y figura.

¿Qué es lo que más me exita?

A dicha pregunta, el bueno de GG respondió lo siguiente: “Me excita el peligro, vivir rápido, joder las normas, las putas, el alcohol, la vida en la carretera, beber meados y sangre, masturbarme, pelear, comer mierda…” Bueno, niños, ¿alguna pregunta más? La ciudad de Nueva York es uno de los puntos claves en la vida (y la muerte) de GG Allin. El 28 de Junio de 1993, la policía encontraba su cuerpo muerto en el apartamento de unos fans. Causa de la muerte: fallo respiratorio, debido probablemente a una mega sobredosis que le vino tras una noche loca de drogas y alcohol. La noche anterior, los Murder Junkies habían realizado uno de sus salvajes shows, tras el cual GG desapareció en busca de cachas y carrete insano. El caso es que acabó en casa de unos fans, donde se puso ciego a sustancias ubérrimas y…, bueno, fin de la historia. GG tenía 36 años.

A de: ALWAYS WAS, IS AND ALWAYS SHALL BE (1980), el primer disco en toda regla que grabara el bueno de GG en compañía de The Jabbers. Buenos temas de punk rock con un joven GG que cantaba a las drogas y a las putas con alegría y buen rollo. Sus inicios como punkrocker, en los que desfasaba cosa mala y ya empezaba a ganarse una reputación de auténtico animal escénico. Los policías lo odiaban y GG parecía divertirse con todo el circo. El comienzo de la leyenda.

B de: BRUTALITY AND BLOODSHED FOR ALL (1993). La otra cara de la moneda. El último disco (póstumo, para más señas) de nuestro protagonista. El buen rollo desenfadado de sus primeras grabaciones se había transmutado totalmente en una maquinaria de odio apabullante. Allin se muestra más inhumano que nunca y hace apología del asesinato, del SIDA y del caos. Uno de sus trabajos más devastadores, en compañía de The Murder Junkies. La constitución americana según GG Allin. En la carátula posterior de su último disco, el muy hijo de puta sale muerto en el ataúd con una botella de Jim Bean y acompañado de su banda, The Murders Junkies.

C de COUNTRY. El amigo Allin planeaba dejar el punk rock para dedicarse al country, una buena forma de joder las pelotas a muchos rednecks patriotas. Su muerte acabó con ese delicioso proyecto, pero aún así GG ya habría llegado a grabar algunos temas en esa onda. Carmelita, Outskirts Of Life o Son Of Evil son algunos de sus eructos con puro sabor americano.

FREAKS, FAGGOTS, DRUNKS AND JUNKIES (1988). Otro de los vinilos fundamentales de GG. De hecho, este era su disco favorito. Grabado junto a la banda Bulge, es su trabajo más sucio (la producción la realizó el propio GG) y contiene un buen montón de clásicos, como la demencial Die When You Die o el himno Outlaw Scumfuc, entre otros. Posiblemente, lo más recomendable de GG.

HATED: GG ALLIN AND THE MURDER JUNKIES (1993), el film documental sobre la vida y milagros de La Bestia realizado por Todd Phillips. Documento imprescindible para todo buen fan que se precie, ofrece momentos geniales de GG en acción, y declaraciones de colegas de toda la vida, miembros de sus bandas y fans enloquecidos. La escena de la fiesta de cumpleaños y las performances habladas universitarias son todo un clásico.

JABBERS. La primera banda con la que grabó en serio y, definitivamente, una de las mejores formaciones que le acompañarían en su carrera. Representaban la faceta más desenfadada y melódica de la música de GG, con su punk rock a medio camino entre Ramones y The Clash. Sus primeros singles y el mítico Always Was así lo prueban.

KILL THE POLICE, uno de los himnos particulares del universo Allin. Pertenece al álbum Murder Junkies (1991), que GG grabó junto a los AntiSeen y es toda una declaración de principios sobre su amor a los chicos de uniforme. Lo cierto es que la policía era toda una pesadilla para GG (o viceversa): sus shows siempre estaban rodeados de pacos preparados para suspender la velada al primer síntoma de violencia o desmadre fecal. Kill The Police se adelantó al Cop Killer de Body Count, e incluso lo superó en mala leche. Además, ¡hasta se rodó un videclip de dicho tema! Y la MTV sin enterarse…

MURDER JUNKIES. La banda definitiva de La Bestia, ergo, la que le acompañó hasta el fin de sus días. En ella tocaba su hermano Merle (encantador bajista de bigote hitleriano y kilométricas patillas) y el extravagante batería Dino Sex. Posiblemente, los Murder Junkies fueron su mejor banda de acompañamiento, no sólo por lo bien que tocaban sus instrumentos, sino especialmente porque fueron los que aguantaron los años más caóticos y violentos de GG. ¡Si hasta Dee Dee Ramone pasó de alistarse a ellos viendo como estaba la cosa! El LP póstumo Brutality And Bloodshed For All (1993) es su trabajo más celebrado, además de un buen puñado de singles que editaron junto a GG. Tras la muerte de su hermano, Merle y los suyos continúan activos.

SCUMFUCS. Otra de las bandas definitivas de Mr. Allin, que le acompañaron a mediados de los 80s en numerosos singles. Junto a su líder, el guitarrista Mucus McCain, GG grabó temas tan celebrados como I Wanna Fuck Myself, Bite It You Scum o Gimmie Some Head. En el doble recopilatorio Dirty Love Songs encontrarás lo mejor de su trabajo juntos.

Aparte de con The Murder Junkies, Scumfucs, Jabbers y AntiSeen, GG trabajó con muchísimas más bandas, con las que fue paseando su filosofía extrema. Allin era un tipo inquieto y no se conformaba con grabar con un sólo grupo. Bulge, Texas Nazis, Cedar St Sluts, The Southern Baptists, AIDS Brigade, Toilet Rockers, Motorcity BadBoys, The Holy Men, The Criminal Quartet fueron algunas de las formaciones que se unieron a La Bestia en su demencial cruzada. Un brindis por ellos.

Para terminar les digo que hueas como GG Allin sirven para entretener y pichula con la ejecución y la intelectualidad musical. Pan y circo.

Por Michel Lefranc

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