Ignorememorancia
ARCHIVO CAVILANTE
A finales del siglo XIX, los años dorados del salitre, el Presidente José Manuel Balmaceda propugna un alza de impuestos a las salitreras para financiar necesarios planes de gobierno que beneficiarían directamente a la población de la zona central del país. Esto no agradó a prominentes congresistas que mantenían negocios con comerciantes ingleses dueños de las salitreras ubicadas en los nuevos territorios del norte anexados tras la guerra del pacífico. A raíz de esto se organiza una facción congresista que crea una Junta Provisional de Gobierno con sede en Iquique y acusa a Balmaceda de anticonstitucional.
Pedro Montt (el mismo de la famosa calle de Valparaíso), quien en el gobierno de Balmaceda fue ministro de Justicia y Educación, de Industria y Obras Públicas y también de Hacienda, traiciona a su presidente y abandona sus deberes para unirse a la facción congresista atrincherada en Iquique. Por su parte el militar Roberto Silva Renard hace lo mismo y abandona sus obligaciones como miembro del Estado Mayor de la guarnición militar de Santiago para embarcarse clandestinamente al norte del país y unirse a las tropas rebeldes acantonadas en Tarapacá. Así se da comienzo a la única “guerra civil” de nuestro país que dejó más de 10 mil chilenos muertos y ningún comerciante inglés.
Tras la derrota de Balmaceda se mantiene el status quo salitrero, y se produce el ascenso meteórico de Silva Renard en el ámbito militar y de Pedro Montt en el político.
Pedro Montt, ya olvidada su traición, corona su carrera política y llega a la presidencia para gobernar entre 1906 y 1910. Renard es ascendido en varias ocasiones y es nombrado en 1897 jefe de la Primera Zona Militar y Comandante General de Armas de Tarapacá. El 19 de diciembre de 1907, Silva Renard arriba a Iquique a bordo del buque Zenteno acompañado de tropas del Regimiento O’Higgins debido a la más grande huelga salitrera registrada hasta el momento. Su misión, a petición del Ministro del Interior Rafael Sotomayor, es decretar Estado de Sitio en la Provincia de Tarapacá. Dos días después el Intendente de la Región, Carlos Eastmann, ordeba a Silva Renard que saque a los obreros de la Escuela Santa María de Iquique y los traslade al hipódromo de la ciudad.
Tras la negativa de los obreros de abandonar la escuela, y ya preparadas las fosas comunes, Roberto Silva Renard a las 15.45 horas, ordena a las tropas del Regimiento O’Higgins atacar con fuego de ametralladoras a los más de 10 mil obreros refugiados en la Escuela Santa María, produciéndose la mayor matanza inscrita en nuestra corta historia nacional.
Siete años después, el 14 de diciembre de 1914, a eso de las 10 de la mañana, el general Roberto Silva Renard caminaba tranquilamente por las inmediaciones del Parque Cousiño, cuando abruptamente y sin previo aviso recibió dos puñaladas por la espalda, la primera a la altura de los riñones y la segunda a la altura de su oreja izquierda. Su agresor, Antonio Ramón Ramón, al ver lo que había hecho y escuchar los gritos desesperados de Renard, retrocedió unos pasos, arrojó su daga al piso y se lanzó a correr en una alocada huída que acabaría con su captura unas cuadras más allá.
El general Silva Renard en ese momento era director de la Fábrica de Cartuchos del Ejército. Ramón Ramón era un español sin linaje aristocrático, obrero, soltero, y de carácter más bien reservado que declaró en el juicio: “Yo soy el autor de las lesiones del general y las he perpetrado en venganza por haber sido el general Silva Renard quien dirigió el fuego contra los obreros asilados en la Escuela Santa María, en Iquique, entre los cuales estaba mi hermano ilegítimo Manuel Vaca, que pereció a consecuencia de la descarga de la tropa. Este hermano era el único pariente varón que tenía y por ese motivo pensé en vengarme del jefe que comandaba las tropas que lo mataron. No conocía al general Silva Renard pero en Iquique había oído en repetidas ocasiones que había sido él el asesino de miles de obreros, entre los cuales estaba mi hermano y desde entonces tuve el proyecto de vengarme del general”.
Manuel Ramón Ramón fue condenado a 5 años de prisión. Roberto Silva Renard murió en 1920 en Viña del Mar, afectado seriamente por las lesiones tras el ataque de 1914 y Pedro Montt se inscribió en la memoria colectiva tras ser bautizada con su nombre una de las calles más famosas de Valparaíso.
Por Waldo Burgos
Mayo 17th, 2012 at 11:35 am