Primer blanco, últimos yaganes
HISTORIA
La primera vez que el hombre blanco nos escondió entre blusas abotonadas y pantalones de tela, comenzamos a extinguirnos. Uno a uno fuimos desapareciendo, apagándonos como velas mochas al término de un entierro. Como que no quiere la cosa nos cubrieron los pies con cuero falso y hasta sombrero nos pusieron. “Que no se puede entrar a la mar si no tienen permiso legal”, nos dijeron; y yo cómo le explicaba a ese señor de bigote que mi cultura abrazó el mar antes de que a ellos se les ocurriera poner banderitas y boyas por todos lados. ¿Cómo quiere que no entre al mar, si yo soy canoera? Si soy Yagán señor. No me diga que hace falta un permiso para atrapar mis peces, para mariscar, para parir mis hijos en la costa o para matar mi soledad entre medio de las olas. Señor de ojos verdes, yo mamé de la teta de mi madre sobre una canoa con fogata propia, arriba de ese mismo mar que usted me viene a cercar.
Pero resulta que ahora con mi cuerpo lleno de paños entro al mar, me sumerjo como siempre, como toda mi vida lo he hecho, y una pulmonía – esa enfermedad de blancos – se pega a mis entrañas sorprendiendo hasta a los Yekamush. Como si se contagiara a través de sus ropajes, la peste esa me termina por matar. Sí, me mata, porque yo soy Yagán, y en mi vida de loba de mar, no hay trapos sobre mi pecho, señor.
Parece que todavía no me ha entendido. Yo no soy como usted, ¿es tan difícil de comprender? Yo no quiero sus abrigos, sus tragos, sus perfumes, sus pestes. Pero me sigue obligando a disfrazarme como usted. Y en su intento imperioso, yo y mi gente nos dormimos con dolor entre el junco y los calafates, el aceite de lobo y las canoas de corteza. Sólo el cielo infinito del Cabo de Hornos nos lloró. Ni Watawineiwa pudo ayudarnos. Nos perdimos. No nos conocieron y si lo hicieron, nos olvidaron. La primera vez que el hombre blanco desembarcó en la tierra del sur, fue la última vez que el corazón Yagán palpitó en libertad.
Junio 1st, 2013 at 3:07 pm
Que hermosas palabras y creo que son pensamientos del alma. que fasil es dar la vuelta al pasado y olvidar nuestros orígenes . espero seguir pensando que aun podemos rescatar nuestra cultura verdadera perdida… no esperemos que los políticos lo hagan , estos noentienden los sentimientos étnicos lo único que siento que asen es blufear a la historia verdadera….