Central Neltume, ¿el nuevo Ralco?
PUEBLOS ORIGINARIOS
El 23 y 24 de diciembre del año pasado, durante el último nguillatún de diez comunidades mapuche en la orilla del Lago Neltume -cercano a Panguipulli- llovió mucho más de lo esperado. Jorge Weke, werken del parlamento Koz Koz, supo que podía estar ante un mal presagio y cuando el rito terminó escuchó con atención la interpretación de las machis y los loncos presentes.
“Ellos decían que el lago subió casi como una señal de lo que pasará si se construye la central hidroeléctrica. Además sentimos que el lago nos pedía con urgencia el sacrificio de los animales -un vacuno y un cordero-, casi que vino a buscarlos porque el agua subió muy rápido hasta dejarlos flotando en el palenke (estructura donde se ofrece el sacrificio). Decidimos hacer otra ceremonia pronto y también defender a costa de lo que sea nuestros lugares sagrados, dar la vida por nuestra cultura”, explica convencido.
La advertencia no es gratuita, si la Central Hidroeléctrica Neltume y la Línea de Alta Tensión de Endesa-Enel que está en etapa final de evaluación ambiental, tiene luz verde, después de tres años de tramitación y se autoriza el plan de utilizar las aguas del río Fuy para desembocar en una central de pasada en el lago Neltume, el complejo de ceremonias mapuche -donde las comunidades por siglos han realizado sus rogativas- quedará inundado, al igual que cementerios y campos sagrados donde, explica Weke “se interpretan los sueños y vemos el futuro de la comunidad”.
“Nos ha ofrecido la empresa que traslademos este sitio como si se tratara de mover una tabla. Me pregunto que pasaría si a los cristianos les pidieran trasladar Belén. Es un menosprecio a nuestras tradiciones. Nosotros no queremos negociar, queremos que se vayan, queremos respeto” afirma Weke.
El werken ha llevado sus críticas directamente a la asamblea de accionistas de Enel en Italia donde expuso a fines de abril de 2011 y durante el 2012. En ambas ocasiones, además participó en la asamblea de organizaciones sociales en Roma, que reúne a agrupaciones de distintos países que se ven amenazados por los mega proyectos energéticos. Este año planteó el tema al parlamento europeo donde explicó que se estaba utilizando la consulta ciudadana sobre proyectos energéticos de la nueva ley ambiental para prescindir del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, que establece la obligación de consultar a los grupos originarios sobre proyectos en sus territorios. Por eso, dijo, las comunidades se han negado ha participar en el proceso.
Weke no está sólo dando la batalla. Hasta ahora se han agrupado las Comunidades Mapuche Lago Neltume, el Parlamento Mapuche de Koz Koz, la Red de Organizaciones Ambientales de Panguipulli y la Fundación Huilo Huilo para tratar de frenar la construcción de la central. Desde ésta última instancia explican que se han hecho gestiones con los embajadores de España e Italia en Chile para explicarles el impacto cultural y ambiental que tendría en la zona la central y cómo afectaría al turismo la iniciativa en una región que además, según la Unesco, es reserva de la biósfera. A ello se suma el aspecto estético de la línea de Alta Tensión que “asesinaría” Huilo Huilo, uno de los destinos turísticos más bellos del país.
En febrero de 2010 ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental el proyecto de la Central Hidroeléctrica Neltume del consorcio Endesa-Enel. En el papel, se plantea que se trata de una central de paso con una inversión de US $781 millones para alcanzar una capacidad instalada de 490 megavatios y una generación media anual estimada de 1.885 gigavatios/hora. Tras este primer paso, el proyecto fue retirado por recibir más de 500 observaciones y presentado nuevamente en diciembre de ese año. En enero de 2011 el Consejo Regional volvió a rechazar la propuesta por considerarla incompatible con políticas, planes y programas de desarrollo local y comunal. Desde entonces se está a la espera de una resolución definitiva, la que podría darse en marzo de este año, aunque la empresa pidió postergar la determinación para mediados de este año.
En paralelo, Endesa-Enel ha continuado, según explicó en un comunicado de enero “en la comunidad Juan Quintumán y en las localidades de Neltume, Choshuenco y Puerto Fuy desde 2007, manteniendo un estrecho lazo de trabajo que ha dado como fruto el desarrollo de diversos proyectos en ámbitos como cultura, infraestructura, salud y educación”. Entre los mapuche se asegura que una facción de la comunidad Quintumán efectivamente apoya el proyecto, pero que el “estrecho lazo” ha sido en realidad una compra de conciencias.
“La empresa se ha dedicado a pintar escuelas, ofrecer regalos a los niños, algunas canastas familiares, traslados en camioneta cuando hacen las compras. Además ha financiado, según miembros de las comunidades, hasta 8 funerales. Es decir están usando el dolor de la gente para ganar voluntades. Eso es lo que ellos llaman responsabilidad social de la empresa”, acusa Pedro Cardín, del Centro Ambientalista de Panguipulli.
En tanto, Nolbio López, representante del sector de Trangue, afirma que “la inundación es el daño concreto, nos afecta la agricultura, la ganadería, los ovinos porque estaríamos perdiendo hectáreas de terreno” y asegura que si el proyecto se llega a aprobar “no sé qué van a hacer las autoridades porque acá no estamos vendiendo tierras y no estamos pensando en irnos porque siempre hemos vivido aquí sin ayuda de nadie”.
Para Guido Melinao, vicepresidente de la comunidad Valeriano Cayicol, podría haber un punto de encuentro. Pese a que afirma que no desea “que echen más agua a nuestro lago” dice que está dispuesto a conversar con Endesa-Enel: “Trabajo en camping, y estoy pidiendo que me compren un camping en otra parte, pero ellos dicen que no, que pueden compensar de otra manera, y no podemos llegar a un acuerdo. Ellos ofrecen cosas como cinco planchas de zinc, y ocho planchas de cholguanes para ampliar la casa”, asevera.
ENDESA-ENEL: SÓLO SE TRASLADA EL PALENKE
Desde comunicaciones de la empresa argumentan que la iniciativa, que se encuentra en el Adenda N°3, tiene efectos limitados en el medioambiente y en el plano cultural. También aseguran que la información contenida en el Estudio de Impacto Ambiental fue presentada a las comunidades locales durante una Participación Ciudadana en 2011. Sobre el anegamiento de sitios sagrados, aseveran que se ha trabajado con un equipo de antropólogos y otros especialistas en medio humano y comunidades y que se acordó “con las autoridades ancestrales de la comunidad trasladar el palenke a un punto ubicado a una cota más alta, pero siempre dentro del mismo sitio ceremonial”.
Además desmienten que las compensaciones acordadas con las comunidades sean míseras y dicen que éstas fueron negociadas en un proceso que duró cerca de 3 años y contemplan “sistema de agua potable, viviendas nuevas, mejoramiento de caminos, terrenos para actividades deportivas, posta rural, mejoramiento de colegios, becas de educación, financiamiento de proyectos turísticos. Lo más importante es que se contemplan, adicionalmente a lo anterior, fondos compensatorios para emprendimientos y nuevos proyectos comunitarios, para todo el período de operación del proyecto, estamos hablando durante los 50 años de funcionamiento de la central”. “La afectación es bastante baja”, apuntan.
Respecto del turismo, sostienen que “este proyecto se desarrolla prácticamente en su totalidad bajo tierra y que el turismo de la zona se verá sólo afectado durante la etapa de construcción”. Frente a todos estos planteamientos de Endesa, el werkén Jorge Weke sólo recuerda que “lo mismo decían cuando construyeron Ralco y ahí están los hermanos pehuenches, en la comuna más pobre del país y decidiendo morir. Qué fácil es ponerle precio a lo que no vende”.
Por Azkintuwe.org