El oscuro pasado que condena al Gobierno
OPINIÓN
El gobierno de la Nueva Mayoría ha hecho muchos esfuerzos por dotar a su administración con líderes del movimiento estudiantil, como los ex dirigentes Camilo Ballesteros, Miguel Crispi y Rodrigo Rocco. Pese a ello, el distanciamiento y desconfianza entre movimiento estudiantil y Gobierno sigue existiendo, tal como pudo verse con la acusación a la casi subsecretaria de Educación, Claudia Peirano, por su conflicto de interés, la masiva marcha del 8 de mayo y los actuales emplazamientos al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.
Las convocatorias a las marchas estudiantiles no han bajado de las 40 mil personas en las calles -según registros de Carabineros- y los planteamientos de los nuevos dirigentes estudiantiles han sido claros: se cuestiona la gestión y las intenciones del nuevo Gobierno en materia educacional, lo que se expresó con fuerza en la carta entregada a la Contraloría por dirigentes de la CONFECH y la ACES, donde se plantea que el ministro Eyzaguirre no ha hecho uso de su autoridad para fiscalizar el lucro en las universidades privadas.
La desconfianza y el distanciamiento tienen su origen, por ejemplo, cuando a Claudia Peirano se le cuestionó el conflicto de interés que se generaba al ser esposa de Walter Oliva, ex dirigente de la DC y sostenedor de establecimientos educacionales, pero también por sus declaraciones en contra de la gratuidad de la educación. El fuerte cuestionamiento impidió que asumiera el cargo.
Asimismo, las críticas que apuntan al ministro Eyzaguirre apuntan a su gestión en los gobiernos anteriores de la Concertación, principalmente su participación en la implementación del Crédito con Aval del Estado (CAE), sistema que endeudó y endeuda a miles de jóvenes y familias chilenas. A esto se suma el rol que cumplió la totalidad de los partidos políticos de la Concertación, ya que fueron ellos los que perfeccionaron y profundizaron el sistema neoliberal de educación instaurado por la fuerza por la dictadura militar de Pinochet.
Mientras sigan apareciendo los mismos personajes que fueron y ahora siguen siendo responsables de este sistema injusto de educación, y no existan pronunciamientos claros y precisos encaminados a terminar con el lucro e instaurar un nuevo modelo basado en la gratuidad y la calidad, con la participación del movimiento ciudadano y social, la desconfianza perdurará y los estudiantes seguirán siendo opositores, a pesar de los esfuerzos de algunos por incorporarlos a al Gobierno de la supuesta nueva mayoría.
Por Diego Hidalgo
Estudiante