El 11, un día con memoria
ALDEA LOCAL
El 11 de marzo representa una fecha emblemática para quienes participan de la institucionalidad heredada de la dictadura cívico militar, ya que un lejano 11 de marzo de 1990, Patricio Aylwin asumió como el primer Presidente civil de los gobiernos de la post dictadura. A pesar que han transcurrido 26 años desde ese evento, todavía los símbolos de la dictadura se encuentran presentes, de distinta manera, a lo largo del país.
Acá en Valparaíso constituye una muestra de esta ignominiosa situación la presencia de un monumento al Almirante José Toribio Merino, de más de tres metros de altura, ubicado en los jardines del Museo Naval de Valparaíso. No está de más recordar que el Golpe de Estado del día 11 de septiembre de 1973 se inició precisamente acá en el Puerto y Merino fue uno de sus artífices, integrando la Junta de Gobierno que derrocó al Presidente Constitucional Salvador Allende.
Merino, como superior jerárquico de la Armada, fue responsable de todos los asesinatos, torturas y atropellos a los Derechos Humanos cometidos en los recintos de la Armada de Chile. Por esta razón, para un grupo de porteñas y porteños, muchos de los cuales sufrieron la prisión y tortura en recintos de la Marina, el día 11 tiene también un alto significado simbólico y por esta razón todos los días 11 de cada mes ,desde hace ya 30 meses, se congregan en las afueras del Museo Naval, en el Paseo 21 de Mayo del cerro Artillería, para denunciar la presencia de este nefasto símbolo dictatorial, exigiendo de parte de las autoridades civiles la remoción del monumento a Merino desde este recinto de la Armada.
Pero pese a estas periódicas y constantes movilizaciones, la actitud del Gobierno ha sido de total indiferencia hasta el momento.
Este 11 de marzo de 2016, mientras en una ceremonia en Santiago se recordaba el traspaso del mando de Pinochet a Aylwin el 11 de marzo de 1990, acá en Valparaíso se realizaba una nueva acción de denuncia por parte de este grupo de mujeres y hombres de Valparaíso, ex Prisioneros Políticos e integrantes de Organizaciones de Derechos Humanos, quienes siguen movilizándose por la desmonumentación de la estatua de Merino, dentro de la lucha por terminar con los símbolos de la dictadura.
Por Guillermo Correa Camiroaga